Probablemente ya hayas leído alguna que otra recomendación sobre el uso de difusores de aceites esenciales para mejorar tu salud, aumentar tu energía o ayudarte a dormir mejor.
La cuestión es que estos prácticos aparatitos son geniales para todas estas cosas y más. Aunque la lista de posibles usos de un difusor es bastante extensa, la hemos reducido a (lo que consideramos) las 10 razones principales para tener un difusor de aceites esenciales y usarlo a diario.
1. Relajación y sueño
“.Una de las mejores y más conocidas funciones de los aceites esenciales es su capacidad para relajarte al final de un día duro. Aunque existen otros métodos para difundir las moléculas de los aceites esenciales en el torrente sanguíneo y obtener sus beneficios, el uso de un difusor es, con diferencia, el más sencillo y duradero de todos.
Guarda uno en la oficina para que te ayude a relajarte durante la pausa para comer. Tener un difusor al alcance de la mano por la noche cuando llegas del trabajo puede poner en marcha un momento de relajación y crear un verdadero descanso.
Por ejemplo, puedes colocar uno en tu mesilla de noche para ayudar a tu mente y cuerpo a relajarse y así poder dormir mejor por la noche. (Añade un breve tiempo de meditación y tu relajación será completa).
Aceites recomendados: manzanilla, lavanda, salvia sclarea.
2. Mejora tu estado de ánimo
“.Los aceites esenciales pueden ayudarle a reducir el estrés, pero también pueden utilizarse para crear un ambiente energizante.
Es ideal cuando te sientes triste o deprimido, o simplemente si por la mañana quieres empezar el día en buenas condiciones.
Puedes utilizar tu difusor de aceites esenciales para crear una atmósfera positiva para reuniones sociales y de negocios, o incluso para crear una atmósfera romántica para alguien especial en tu vida.
Aceites recomendados: naranja dulce, jazmín, rosa, pino escocés, sándalo, vainilla.
3. Evitar enfermedades
“.Utilizar un difusor en casa o en la oficina es una forma estupenda de evitar el resfriado, la gripe y otras enfermedades desagradables.
En primer lugar, muchos aceites esenciales son potentes antimicrobianos y cuando se introducen en el aire en forma de vapor, los compuestos orgánicos de los aceites entran en contacto directo con los patógenos transportados por el aire antes de que puedan invadir su cuerpo.
En segundo lugar, los aceites esenciales también se pueden utilizar para estimular el sistema inmunológico.
Por último, pero no menos importante: algunos difusores también actúan como humidificadores que ayudarán a mantener tus vías respiratorias húmedas y saludables. De esta forma serás menos susceptible a que los gérmenes entren en tu cuerpo.
Aceites recomendados: árbol del té, salvia, romero, pomelo, limón, tomillo.