Cómo utilizaban las antiguas culturas las piedras y los cristales con fines curativos

Cada vez más personas (especialmente científicos) están empezando a entender que todas las cosas en nuestro universo son sólo formas de energía que vibran a diferentes frecuencias. En otras palabras, los cristales y las piedras emiten sus propias frecuencias/vibraciones.

Nicolas Tesla afirmaba que este concepto (todo es energía vibrando a diferentes frecuencias) era la clave para entender nuestro universo. También demostró que algunas formas de energía pueden alterar la resonancia vibratoria de otras formas de energía. Esta es la
razón por la que los cristales y las piedras curativas se siguen utilizando para alinear, sanar y alterar la vibración de las células y los chakras.

Puede que las civilizaciones antiguas no tuvieran acceso a todos los conocimientos científicos que tenemos hoy en día, pero parece que en todo el planeta comprendían instintivamente el potencial de estas gemas, así como sus significados.

Los minerales, las gemas y los cristales se han utilizado durante miles de años para mejorar y equilibrar los estados emocionales, físicos y espirituales.

Cómo lo sabían las antiguas civilizaciones

Aún no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que consideraban estas piedras partes cruciales de su existencia.

Cultura romana: Los talismanes y amuletos de cristal formaban parte integral de la vida romana. La
mayoría de las veces se utilizaban para mejorar la salud, para atraer cosas deseables a sus vidas y como protección durante la batalla.

Antiguo Egipto:Los egipcios enterraban a sus muertos con cristal en la frente. Según ellos, esto ayudaba al difunto a pasar al más allá. Los faraones llenaban cilindros con cuarzo para equilibrar las energías Ba y Ka del cuerpo.

Altamente asociadas con la diosa del cielo Isis, las piedras de lapislázuli lo llevaban sobre los ojos damas de la realeza como Cleopatra para promover la iluminación y la conciencia.

Las bailarinas se ensartaban rubíes en el ombligo para fomentar el atractivo sexual. Muchos llevaban cristales en el corazón para atraer el amor y se colocaban coronas cargadas de cristales en la cabeza para estimular la iluminación y despertar el Tercer Ojo.

Cultura china: La medicina china suele incorporar el uso de cristales curativos, incluidas agujas con punta de cristal en sesiones de acupuntura y sanación pránica. Estas tradiciones tienen casi 5000 años de antigüedad.

Los antiguos griegos: La hematites triturada se frotaba a menudo en el cuerpo de los soldados antes de entrar en batalla con la idea de que les hacía invencibles. Curiosamente, la palabra “cristal”, deriva de la palabra griega “krustullos” que significa hielo, y hasta el año 1500 muchos antiguos creían que piedras como los cristales de cuarzo transparente eran hielo eterno enviado por los Cielos.

Cultura india: La medicina ayurvédica en la India considera los cristales  para la curación de desequilibrios emocionales y metafísicos. El uso de diversos cristales curativos está documentado en las páginas de los Vedas hindúes, que también hacen referencia a las capacidades curativas específicas de cada piedra. Se cree que los zafiros aportan astucia, claridad y equilibrio mental, y el jaspe armonía, vitalidad sexual y equilibrio a los chakras básicos. (Por nombrar sólo algunos).

Antiguas creencias japonesas:“Mirarse a uno mismo” era una práctica habitual en la cultura japonesa. A los japoneses les gustaba “mirar” en una bola de cristal de forma parecida a como lo hacemos hoy en día cuando acudimos a un adivino. esferas de cristal de cuarzo se consideraba que representaban el corazón de un dragón y su poder y sabiduría.

Lo que sabemos ahora sobre los cristales curativos

cuarzo y cristales y sus virtudesLos conceptos del electromagnetismo demostrados por James Clerk Maxwell y su interdependencia, así como los diversos descubrimientos de la teoría cuántica, nos han dado pruebas científicas de lo que los antiguos siempre han sabido. Debido a que todo vibra a ciertas frecuencias, estas piedras tienen la capacidad de cambiar y alterar las frecuencias de otros objetos o cuerpos cuando ocupan el mismo espacio.

Por lo tanto, un cristal -que vibra a sus propias oscilaciones de frecuencia- vibra en nuestro propio campo de energía a través de la ley física de la resonancia y crea un campo vibracional mayor, afectando al sistema nervioso y transmitiendo información al cerebro. En esencia, estas vibraciones pueden armonizar las frecuencias y estimular cambios bioquímicos que afectan a la salud física de forma positiva y curativa.

 

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