La aceptación es una de las claves para una vida plena. Sin embargo, es un concepto algo difícil de entender y no suele estar bien explicado en los libros. En general, ante una situación negativa solemos hacer 2 cosas:
Mantenerla y/o luchar contra ella.
Pero cuando entiendes que la aceptación es la mejor solución entonces sientes las cosas de una forma totalmente nueva y tu vida, como un capullo empieza a florecer!
Si la aceptación es ni someterse ni luchar entonces… ¿qué es?
Se podría decir que la aceptación es fundida con lo que es. O dicho de otra manera, entrando en resonancia con lo que es.
Ahora imagina que estás tranquilamente junto a un lago un domingo por la mañana. El sol calienta suavemente la piel, el agua está en calma y una suave brisa acaricia el rostro. Estás viviendo un momento de calma, paz y serenidad hasta que un perro… ¡empieza a ladrar sin parar!
Te sentías tan bien… allí frente a ese lago, todos tus problemas habían desaparecido… ¡Pero este momento de gracia se paró en seco por culpa de ese perro “maldito”!
¡La mostaza llega a tu nariz, y empiezas a sentirte irritado!
¡Bingo! Ahí estás, ¡sufriendo los ladridos del perro!”
5 minutos después, ¡el perro sigue ladrando y tú ya no puedes más! DEBES ACTUAR. Empiezas a gritar “¡cállate la boca!”. Esto es…
Aquí tienes COMBATE los ladridos del perro
Concepto #1 : Cuando una persona no consigue lo que quiere, suele generar una emoción negativa.
¿Cómo es que no te molestó el canto de los pájaros o los sonidos del follaje?
Es muy sencillo, cuando decidiste ir a la orilla del lago te hiciste una determinada imagen o expectativa de “lo que debe ser un momento agradable junto al lago”. Y cualquier cosa que no encaje con esta
expectativa
, puede generar frustración, descontento, etc.
Y claramente, los ladridos incesantes de un perro no formaban parte de esta expectativa. La
mente comienza entonces a rebelarse.
Concepto #2: La mente está siempre en modo supervivencia, en estrés, miedo, separación y control.
Ante el ladrido del perro (que es sólo un sonido), la mente se rebela, ya que no está en línea con su expectativa. Al principio sufre el sonido, luego decide luchar contra él.
Entonces se te ocurre decirle al perro que “se calle”. Pero esto es en realidad un mecanismo de la mente que intenta controlar el mundo exterior.
Concepto #3: Es imposible controlar los acontecimientos externos aunque la mente intente hacernos creer lo contrario.
La mente está constantemente intentando controlarlo todo. Si prestas un poco de atención a tus pensamientos, verás que prácticamente está haciendo precisamente eso: tienes que tener cuidado, tienes que prestar atención a esto y a aquello. Todo es un “peligro potencial”. Vive en un mundo de separación, donde existe “él” y todo lo demás.
Concepto #4: Se trata de aceptar plenamente lo que surge aunque no siempre se ajuste a la imagen inicial.
Imagina ahora que en lugar de soportar y/o luchar contra el sonido del perro, optas por la 3ª opción: resonar con ese sonido.
Puedes resonar con cualquier tipo de sonido: un perro ladrando, un gato maullando, el bebé del vecino que no para de llorar, una puerta batiente que chirría, la pareja de arriba discutiendo todo el día…
De hecho, da igual lo que sea, siempre es el mismo principio:
¡Para aceptar, debes convertirte en el sonido!
Si te conviertes en el sonido, entonces te haces uno con él. Y para ello, es muy sencillo: la próxima vez que oigas un sonido que te irrite (no importa cuál), reprodúcelo en tu cabeza. Por
ejemplo, ¿le irrita el maullido constante del gato del vecino?
En cuanto oiga “MIAOUUUU”, reproduzca exactamente el mismo sonido en su cabeza y diga mentalmente “MIAOUUUU”. Copia y pega el sonido que acabas de escuchar y reprodúcelo en tu cabeza. Así que si el gato maúlla 10 veces seguidas, hazlo 10 veces seguidas.
Notarás alivio casi al instante. En lugar de luchar contra el sonido, lo reproduces mentalmente. Conclusión la haces “tuya”, porque:
- Aceptas no sólo escucharla.
- Sino también REPRODUCIRLA.
¡Ya no sufres, ya no luchas, ACEPTAS! En lugar de “bloquear”, de contrarrestar, “dejas que el sonido te atraviese”. Si haces esto varias veces, el gato seguirá maullando, pero tú ya ni lo oirás. Te llevará unos días de práctica dejar de “oír al gato”, pero merece la pena.
Ahora bien, este ejemplo parece un poco simple, porque sólo estamos hablando de un SONIDO, y fácilmente podríamos creer que eso no es lo que va a cambiar nuestra vida… Pero, ¿sabías que puedes hacer lo mismo con cualquier aspecto de tu vida?
Comienza con el sonido para comprender el mecanismo de la aceptación, luego podrás aplicarlo a cualquier cosa y a todo.
Concepto #5: La aceptación es “dejarse atravesar” en lugar de bloquear (luchar) o asimilar (soportar).
¿Por ejemplo, un compañero de oficina siempre está refunfuñando a su lado, o sigue entrando en su despacho sin llamar? Haz el mismo ejercicio ¡y deléitate con los resultados! El principio es siempre el mismo:
Si la persona entra en tu despacho y te molesta, es porque habías “decidido” que querías un momento para concentrarte en tu tarea. Las incesantes interrupciones alteran su decisión y la mente “pierde su pseudocontrol”. Entonces te sientes irritado.
Salvo que aplicando esta técnica no tendrás frío ni calor.
Por otro lado, una vez que el impacto emocional ha bajado a 0, nada te impide explicarle a tu compañero que sería estupendo que llamara a la puerta antes de entrar o que sólo entrara si es realmente importante, para que tú puedas estar totalmente concentrado en lo que tienes que hacer.
Pero lo dirás sobre una base de tranquilidad no de estrés o enfado, lo que puede cambiar totalmente el resultado final