Si estás familiarizado con el desarrollo personal, ya habrás oído hablar de las afirmaciones positivas. Esas frases célebres que repetimos a diario y que se supone que reprograman nuestra mente subconsciente.
Pues ya ves, ¡no funciona! Sólo funciona con una condición: Emoción.
Ya ves que los que usan afirmaciones tienden a leerlas como si leyeran una guía telefónica: lectura rápida y monótona tratando de librarse rápidamente de esta tarea mientras esperan resultados espectaculares.
Unos días después la persona ha olvidado “misteriosamente” practicar sus afirmaciones.
La elección de las propias afirmaciones positivas
En primer lugar no se toma cualquier afirmación al azar. Uno se asegura de elegir o crear afirmaciones basadas en el corazón y no en la cabeza. Esto significa que es mejor elegir basándote en cómo te sientes cuando lees una afirmación, en lugar de escuchar la voz de tu cabeza.
Si eliges las afirmaciones basándote en tu corazón, tendrás más motivación y disfrute al leerlas. Aumentarás tus posibilidades de practicar tus afirmaciones a largo plazo.
Ahora que se entiende este punto, ¿en qué tema quieres mejorar?
- Autoestima
- Relaciones íntimas
- Dinero
- Salud,
- Trabajo.
- Etc.
Para ello sólo tienes que entrar en internet y teclear “listas de afirmaciones positivas”. Luego puedes elegir según cómo te sientas. Una vez hecho esto, te recomendamos que sólo utilices 10 afirmaciones para empezar.
Por ejemplo, puedes elegir 5 afirmaciones para el tema de la autoestima y 5 afirmaciones para el tema de la salud. O 3 para la salud, 3 para la autoestima y 4 para el dinero.
Cuando tengas tu lista completa de afirmaciones, léelas por encima y escucha cómo te sientes.
¿Sientes el
impulso
de integrar estas afirmaciones en ti?
Aunque algunas afirmaciones puedan crearte una especie de nudo en el estómago la idea es detectar el impulso de integrarlas. Si tienes una buena sensación pero también teñida de dudas o un nudo en la barriga o un “bloqueo”, es normal.
Lo que estás experimentando es el resultado entre tu programación actual y la nueva afirmación que estás leyendo. Se trata precisamente de sustituir una vieja por una nueva. Por ejemplo, si tu afirmación es: “Soy un imán para el dinero”. Por un lado, puede que quieras integrarlo en ti mismo, pero cuando lo lees sientes una especie de pellizco, como si sonara “mal”. Esto es bastante normal.
El secreto para integrar una afirmación positiva
Tu inconsciente es el maestro de obras y tú el arquitecto. Tú trazas los planes y él los ejecuta. Implantar una afirmación positiva en el subconsciente te permite darle un “plano”, una directriz a seguir.
A estas alturas ya tienes miles de creencias dentro de ti sobre temas tan diversos como:
- Tu imagen personal:
- Estoy demasiado gorda
- Soy demasiado bajita
- Soy demasiado fea
- No soy lo suficientemente esto o aquello.
- El tema del dinero:
- El dinero no crece en los árboles
- Hay que trabajar duro para cosechar poco.
.
- Relaciones:
- Nadie me quiere
- Los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una mano.
Estos horarios provienen tanto de lo que te han contado (TV, amigos, familias, figuras de autoridad, padres, profesores) como de tu propia experiencia personal, así como de las decisiones que has tomado.
La trampa está en que la mente inconsciente ejecuta estos programas que considera “verdaderos”. A lo largo de
tu vida tienes opciones, tienes preferencias personales y con el tiempo te das cuenta de lo que quieres.
Una persona solitaria, naturalmente anhelará una bella compañía. Pero si su subconsciente mantiene el programa “me siento solo” y/o “nadie me quiere”. ¡
La persona repetirá este escenario una y otra vez aunque no le guste.
El secreto para implantar nuevos programas es la emoción! Cada mañana, o cada noche, releerás cada una de tus afirmaciones varias veces PERO, desde luego, no las leerás mecánicamente. Sobre todo no porque si no estarías perdiendo el tiempo…
Ya ves que tu inconsciente no marca la diferencia entre la realidad que estás viviendo en el momento o lo que te estás imaginando en el momento.
Al leer cada afirmación, hazlo despacio, palabra por palabra, como cuando saboreas un buen postre. Saboreas cada cucharada lentamente para tener tiempo de impregnarte del sabor, pero sobre todo: para disfrutar del momento.
Así que usando nuestro ejemplo anterior, si tu afirmación es: Soy un imán
de dinero
Tomarás el tiempo necesario para leerla despacio, interiorizarla y lo más importante imaginarte como un imán de dinero mientras experimentas emociones positivas.
Aquí la clave es:
- Hacer una película mental representando la afirmación.
- Sentir placer o cualquier emoción positiva.
Es asociando tu afirmación con su película representativa y la emoción que impactarás en la mente subconsciente. Jugando cada día a este pequeño juego te sentirás inicialmente muy bien porque cada día utilizarás deliberadamente este juego para sentirte bien, pero además emitirás las vibraciones correspondientes a tus deseos y reprogramarás la mente subconsciente con estas afirmaciones.