Ideas y pensamientos son dos cosas totalmente diferentes excepto que la mayoría de la gente no se da cuenta. Reconocer su diferencia y su fuente, recorre un largo camino para liderar la vida que sueñas. Y verás por qué¡
Los procesos de pensamiento son los mecanismos mentales que tienes en la cabeza de la mañana a la noche. Puedes elegir hacer esto o aquello, pensar, sopesar, juzgar, calibrar, catalogar, calcular, evaluar, etc. En definitiva es tu herramienta que te permite pensar!
Pero entonces, ¿qué son las ideas?
¡Las ideas son pensamientos que simplemente no salen de ti! Y si prestas un poco de atención, puedes reconocerlas muy fácilmente, porque cuando tienes una idea ¿qué dices?
“Ahhhhhh, I just got an idea”
La idea es información, no que produces mediante un mecanismo de pensamiento, sino que recibes y eso te da una dirección que seguir, un camino que explorar. La idea surge de repente y a menudo no tiene ninguna relación con lo que se está haciendo en ese momento. Se impone, lo recoges y ya está!
Y ese es precisamente “el problema”: y ya está.
Una idea no surgió por casualidad, es una respuesta a tus peticiones conscientes. Hay muchas cosas que quieres experimentar en la vida. Piensas en ellas y crees que las respuestas llegarán por medios extraordinarios . A veces lo hacen, pero muy a menudo la respuesta viene de dentro de la forma más mundana:
Una simple idea… ¡que puede confundirse fácilmente con un pensamiento más!”
¡Tienes una idea, la recoges y luego no haces nada! Permítanme darles un ejemplo de una idea que puede aportar mucho placer y dinero cuando se hace algo con ella!
Hace más de 10 años, un amigo vino a mi casa para ayudarme a pintar el piso que estaba a punto de dejar. Mientras pintábamos las paredes, me dijo: “¡Oh, no sabes qué!? ¡Acabo de tener una gran idea! Le pregunto qué es y me dice:
“Sabes que estoy muy harto de escuchar música en bares y discotecas sin saber nunca quién es el autor.
¡Así que se me acaba de ocurrir la idea de crear una aplicación móvil, que cuando suene una música, gracias al micrófono del teléfono, captes la melodía y luego el software te dé el título de la canción y el autor!”
Siguiendo con lo que compartía, le dije: pero si es enorme, ¡adelante! A lo que respondió: “Sí… pero no sé programar, no sé nada de marketing, en definitiva no sé cómo hacerlo”.
¡Tomó una idea y luego no hizo nada con ella!
(Por cierto, a otros se les ocurrió la misma idea, el mismo año y crearon la mundialmente famosa app Shazam con más de 100 millones de descargas).
Y ideas tienes en todas partes, y a todas horas, para un montón de cosas desde las más “mundanas” hasta las más fantásticas, pero esto es lo que pasa….
La mente la fastidia en el espacio
de una fracción de segundo
La idea no viene de ti, la recibes. En el momento de la recepción, piensas que es genial. Luego viene el procesamiento de los datos a través de tu mente. Esta mente entra inmediatamente en acción para ¡juzgar, catalogar, analizar, controlar y cuestionar cualquier idea que recibas!
Entonces se emite un juicio:
Así que le pides respuestas a la vida para vivirla como mejor te parezca, pero cuando recibes una respuesta, ¡cancelas/bloqueas el mensaje! Todo el truco está en el siguiente proceso:
Tranquilízate: NUNCA sabrás de antemano todos los pasos para completar tu idea.
El plan se irá desplegando poco a poco a medida que avanzas en el camino. Si quieres ir de París a Lyon de noche, sólo ves de 100 en 100 metros gracias a los faros del coche y sin embargo… descubriendo la carretera poco a poco llegas a tu destino, ¿no? Ahí está EXACTAMENTE PERDIDO.
Salvo que la mente tiende a tener miedo de lo que desconoce y en lugar de intentar la aventura, te dirá “no, no sirve para nada, esta idea no vale para nada, etc. Pero entre nosotros, ¿a quién prefieres escuchar?
¿A tu mente o a la inteligencia infinita que te envió esta idea como resultado de tu petición?