¿Te sientes cansado o deprimido en ciertas estancias de tu hogar? Crees que es necesaria una limpieza de las energías de tu hogar?
Para ello, es imprescindible una gran ordenación de tus cosas. Es, francamente, la mejor opción para deshacerse de las vibraciones estancadas.
Aquí tienes, pues, una guía sobretoxinas en un espacio vital y cómo decir “adiós” a las malas vibraciones ¡para siempre!
Las “toxinas” de un espacio vital
¿Sabías que tu casa o piso puede, al igual que tu cuerpo, acumular toxinas?
Sí, como un organismo, un animal o un ser humano, un espacio vivo… ¡vive! Llenándose durante su existencia de objetos útiles o bellos, también absorbe elementos indeseables que entorpecen su vitalidad. La única diferencia es que sus toxinas, en lugar de ser orgánicas, consisten en telas viejas, colores descascarillados y madera agrietada.
Así, con el tiempo, sin una limpieza regular, los objetos y las energías se acumulan, se estancan y cogen polvo. Chucherías, ropa vieja, a veces incluso muebles enteros se dejan de lado en favor de otros objetos, según los gustos y los nuevos hábitos.
Todos estos objetos “olvidados” de la vida cotidiana encuentran refugio en un rincón de una habitación o en el fondo de un cajón, contribuyendo a bloquear las energías de tu interior. Un estancamiento que, al impedir que circulen nuevas vibraciones, dificulta el bienestar físico, psicológico y espiritual.
Pero antes, ¿qué formas adoptan exactamente estas toxinas?
Todo lo que ya no usamos
A lo largo de la vida, algunos objetos pierden su utilidad para otros, o ya no son necesarios. Sin embargo, a menudo conservamos estos objetos “por si acaso”, o por la única razón de que siguen funcionando perfectamente.
Sabemos muy bien, en el fondo, que ya no los usaremos, y sin embargo algo nos impide decirles “adiós”.
Una dificultad para soltar que tiene un impacto vibracional.
Así que, además de ocupar espacio para nada, esa cafetera sin usar, por ejemplo, no está cumpliendo su propósito. Contiene energía estancada, pues ya no vive para cumplir su función original, ¡que es hacer un buen café!
Esta energía no utilizada se vuelve tóxica, pues contribuye a la no circulación de energías en la casa.
Objetos rotos o inservibles
Otra fuente de toxina energética se encuentra en los objetos rotos o inservibles.
De hecho, las máquinas, electrodomésticos, muebles y otros utensilios que se estropean, y siguen igual, sin reparar, emiten menos energía. Dañados en el plano físico, también presentan una ruptura en el plano vibracional. No es lo ideal para la armonía del hogar!
Además, al ser objetos que no se utilizan, estos objetos no pueden cumplir plenamente su función, lo que también contribuye al estancamiento energético.
Así que lo mejor es deshacerse de ellos, o reformarlos, si aún es posible.
Lo que ya no agrada a los ojos y al corazón
Esta es quizá la fuente de toxina más común en un interior… Demasiado a menudo nos encontramos rodeados.e de objetos a los que ya no prestamos atención y que ya no nos satisfacen, pero de los que más nos cuesta desprendernos.
Piensa, por ejemplo, en ese viejo jersey tirado al fondo de tu armario, que hace tiempo que no te pones, pero que te dices que algún día podría serte útil. O ese cuadro que te ofrece un amigo que no te gusta lo más mínimo, pero que conservas por cortesía.
Tantos elementos, funcionales o decorativos, que no deleitan ni a tus ojos ni a tu corazón y que, sin embargo, siguen ocupando tu espacio vital. Tantos obstáculos para una fluida circulación de energías, ¡y por tanto para tu inspiración y paz interior!”
“.
¿Cuáles son los efectos adversos de las energías estancadas?
Tal vez te estés preguntando, a estas alturas, cómo nos afectan precisamente todas estas toxinas vibracionales.
Pues bien, debes saber que sus efectos nocivos, aunque benignos (¡una tetera vieja no te causará demasiado daño!), son múltiples. Así que nos separaremos de ellos para prevenir, entre otras cosas:
- Olores y colores que no nos gustan, o la acumulación de polvo,
- Un melancólico retorno al pasado,
- Bloqueos creativos y falta de inspiración.
En el cuerpo
El inconveniente más evidente que causan los objetos superfluos que se amontonan es la acumulación de polvo y otras sustancias nocivas para el organismo.
Es obvio: los cachivaches y artilugios que se dejan de lado durante un periodo prolongado de tiempo se cubren de suciedad de forma natural. Algunos incluso desarrollan sustancias aún más nocivas, como el moho.
Como probablemente sabrás, estas sustancias pueden provocar alergias, dolores de cabeza y otras dolencias menores pero molestas.
Las fuentes de toxinas energéticas son, por tanto, ante todo, una fuente de toxinas físicas, ¡una primera razón para emprender una gran limpieza!
Además, los objetos que ya no tienen cabida en nuestras vidas también se vuelven desagradables para nuestros sentidos. Algunos de ellos pueden generar malos olores, o su aspecto, que ya no nos conviene, se convierte en un auténtico adefesio…
En la mente
Los objetos rotos, los trastos y otras baratijas también tienen varios impactos en nuestro bienestar psicológico.
Sin que nos demos cuenta, estos objetos que ocupan espacio innecesariamente en nuestros hogares también desordenan nuestra mente.
En efecto, un espacio vital abarrotado tiende a agobiarnos.
Por muy cómoda que sea su presencia, estos objetos nos mantienen en viejos patrones que ya no nos sirven y nos impiden evolucionar. Bloqueando la vista, lastrando los sentidos, tal acumulación también contribuye a la niebla mental y a la sensación de estar abrumado por la información.
¡En este estado mental, es más difícil ver con claridad nuestras necesidades y lo que realmente queremos acoger en nuestras vidas!
Algunos objetos, además, tienen una connotación emocional ligada al pasado, a un momento de nuestra vida que sería bueno dejar atrás….
Aunque es sano y legítimo conservar ciertos recuerdos, también es necesario, a veces, desprenderse de una etapa pasada de nuestra existencia para no volcarnos en una contraproducente melancolía….
Sobre el alma y los cuerpos vibracionales
Como la feng shui nos enseña que lo que hay en nuestro espacio vital influye en nuestro bienestar. Esto se aplica tanto a la naturaleza del objeto como a su disposición.
Así, los objetos rotos o fuera de orden tienen una energía “muerta” o estancada que nos afecta vibracionalmente a nosotros mismos. En su presencia, podemos sentirnos cansados o deprimidos. Sus efectos negativos también pueden traducirse en una falta de inspiración o de energía creativa.
Algunos muebles u otros objetos con un pasado pesado también pueden lastrar nuestra energía general. Esto se debe a que llevan consigo la carga energética y emocional asociada a sus experiencias, que tiene un efecto negativo en nuestros cuerpos sutiles. De hecho, es como si una parte de nosotros estuviera bloqueada energéticamente en el pasado, dificultando nuestro crecimiento.
La forma en que se distribuyen estas toxinas también tiene efectos particulares sobre el ser, con notables síntomas físicos y emocionales.
Así, cuando se acumulan sobre nosotros, en el ático por ejemplo, generan una sobrecarga energética que literalmente “pesa” sobre nuestro espíritu. Su fuerte presencia también puede provocar dolores de cabeza.
Si estas acumulaciones se encuentran en la entrada, el lugar por donde las energías entran y salen para renovarse constantemente, limitan el flujo de vida en un interior, generando todo tipo de bloqueos en sus habitantes.
Cuando están esparcidos por toda la casa, favorecen la niebla mental y la sensación de estar emocionalmente abrumado.e. Dejados tirados por el suelo, tiran de nuestras energías hacia abajo.
Bref, como habrás comprendido, ya sea para deshacerte de un objeto con una presencia desagradable o para limpiar una acumulación excesiva, ¡siempre es conveniente purificar un espacio sobrecargado!
¿Preparado para la gran limpieza?
¿Cómo limpiar tu interior y renovar las energías?
Es legítimo preguntarse cómo limpiar tu hogar eficazmente, sobre todo porque una limpieza efectiva requiere actuar tanto a nivel energético como físico.
Aquí tienes unas cuantas formas de sacar las ondas negativas o estancadas de tus paredes, ¡y para siempre!
Algunas preguntas que hacerte para favorecer el desapego
Antes de embarcarse en la limpieza de su interior para eliminar toxinas de forma sostenible e invocar nuevas energías, es necesario plantearse algunas preguntas preliminares.
De hecho, deshacerse de ciertos objetos, por antiestéticos o inservibles que sean, ¡no es tan sencillo! A menudo, una parte de nosotros se niega a desprenderse, por ejemplo, debido a un apego emocional al objeto, o a creencias erróneas.
Por lo tanto, hágase las siguientes preguntas, para hacer una primera ordenación mental, ablandar su mente y prepararse psicológicamente para desprenderse de sus cosas viejas:
¿Por qué conservo esto? ¿Qué me aporta psicológica o funcionalmente este objeto? ¿Tengo ya uno o más objetos que cumplan esta función?
¿Tiene este objeto algo que ver con la persona que soy hoy, o con la persona que quiero ser?¿Se parece este objeto a mí?
Al separarme de este objeto, ¿qué sentiré principalmente?
¿Tristeza? ¿Arrepentirse? O alivio, alegría o ligereza?
Si te surgen otras preguntas que te ayuden con este trabajo preliminar de dejar ir, no dudes en escribirlas.
Una vez que hayas escrito tus preguntas en un papel, intenta responderlas con la mayor sinceridad posible. Para cada punto sobre el que tengas dudas, tómate un momento para sondearte interiormente y escuchar tus verdaderos sentimientos.
Haz la clasificación
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Cuestión de organización
¡Ahora es el momento de pasar a la acción, y librar por fin tu casa de todo el desorden!
Para ello, lo más sencillo es proceder habitación por habitación. Por ejemplo, empiece por el salón, antes de pasar a la cocina, el baño, los dormitorios y, por último, los trasteros.
En cada habitación, razone en “orden descendente”: del elemento más grande al más pequeño. Así, en el dormitorio, por ejemplo, ocúpate primero de los armarios antes de pasar a los muebles menos importantes. Termina con los cajones y otros pequeños espacios de almacenaje.
A lo largo de tu limpieza de materiales, ten en cuenta que la idea general es simplificar tu espacio vital y crear, para cada habitación, un lugar que te guste y que se parezca a ti. Un lugar que te haga feliz ocupar y utilizar.
Por ejemplo, para tu dormitorio, aprovecha para hacer tu espacio ideal para dormir, donde todo invite a pasar una buena noche. Para la cocina, crea un lugar donde preparar platos bonitos y nutritivos que os hagan sentir bien a ti y a los tuyos. Y así sucesivamente!”
Pero volvamos a los detalles: por cada objeto, utensilio o prenda de ropa recogidos, hazte primero las preguntas enumeradas anteriormente.
Después determina qué quieres hacer con el objeto en cuestión: ¿regalarlo, tirarlo, repararlo o venderlo? Te sugerimos que prepares cuatro contenedores (bolsas o cajas) para cada objeto, con su correspondiente enunciado.
¿Qué hacer con cada objeto?
Los bienes que hay que tirar son aquellos que ya no funcionan en absoluto, o están demasiado deteriorados para ser utilizados. O, aquellos que en el fondo sientes que han cumplido su función, y ahora toca reciclar. Un buen viaje al centro de eliminación de residuos local garantizará un final de vida limpio y adecuado para cada tipo de objeto.
Aprovecha esta oportunidad para deshacerte también de papeles viejos y otros desperdicios que hayas ido guardando mecánicamente.
Para un objeto que esté en buen estado, pero que ya no utilices, ¿por qué no simplemente donarlo? Encontrará una segunda vida con un comprador feliz. Piensa en organizaciones de utilidad social como el Ejército de Salvación, que distribuyen donaciones a precios muy bajos entre quienes más lo necesitan.
Si crees que tu objeto tiene valor monetario, no dudes en venderlo a través de una web o app especializada. Leboncoin para muebles, o Etsy para ropa vintage, por ejemplo, te ayudarán a encontrar comprador en un abrir y cerrar de ojos.
Por último, si te encuentras con un objeto que realmente te gusta o podrías utilizar, pero está dañado, ponlo en la pila de “por reparar”. Tanto si recurres a un profesional como si tienes habilidades para el bricolaje, conseguirás que la energía de la casa fluya de nuevo al volver a poner en uso ese objeto.
Cualquiera que sea el destino de tu objeto, si lo deseas, tómate un momento para agradecerle su utilidad.
Ya sea una batidora usada, una escultura anticuada o una camisa vieja, cada objeto, en algún momento, ha hecho tu vida mejor. Expresarle tu gratitud es una forma encantadora de cerrar energéticamente tu experiencia con él.
Limpiar energías del hogar
¿Has llegado por fin.¿hasta el final de su gran limpieza? En primer lugar, nos gustaría felicitarte: ¡la ordenación no es un proceso fácil!
El último paso para limpiar las energías de la casa es hacer una limpieza energética en los lugares donde se realizó la limpieza física. Allí donde tus viejos objetos hayan ocupado un lugar, ha llegado el momento de disipar las ondas residuales y reiniciar el flujo de energía.
Para ello, tienes a tu disposición multitud de opciones.
Así, por ejemplo, ¿por qué no invocar el poder limpiador del sonido, haciendo resonar un cuenco tibetano o mantras? Estas herramientas expulsarán cualquier energía estancada restante y amplificarán instantáneamente la vibración de la habitación.
También puedes emplear el método ancestral de limpieza con salvia. Además de expulsar los olores rancios, disipará las perturbaciones vibracionales que dejan tus cosas viejas una vez que se han ido.
Por último, no podemos dejar de aconsejarte que coloques unos cuantos cristales purificadores en cada habitación. Esta técnica sencilla pero eficaz fomentará de forma duradera un flujo suave de energías y mantendrá una frecuencia elevada en todo momento. Shungite o cristal de roca ¡son todos designados para esta misión!
Mira nuestro artículo detallado sobre las diferentes formas de promover la circulación de energías e invitar buenas vibraciones a tu hogar.
Los beneficios de una limpieza energética
Poco después de la limpieza energética de tu hogar, notarás sin duda sus múltiples efectos positivos sobre tu bienestar.
Por ejemplo, a nivel físico, su limpieza profunda puede resultar en un aumento de la vitalidad, un mejor sueño o una sensación de relajación. Puede que incluso sientas que puedes respirar mejor, ya que literalmente has liberado espacio y has permitido que circule el aire.
Psicológicamente, te sentirás más ligero, o incluso aliviado, una vez que esta sobrecarga material haya desaparecido. También puede experimentar una sensación de paz interior, euforia o ver cómo se dispara su creatividad. Durante las actividades que requieran su atención, también le será más fácil concentrarse, y los pensamientos fluirán con más facilidad.
En general, un interior limpio de todo lo que lo desordena permitirá una buena circulación de las energías y, por tanto, una mejor salud general.
También será un reflejo de la persona que realmente eres, y en esto, se convertirá en un espacio de sanación, regeneración e inspiración constante para ti…
Así que, a por tus cajas y varitas de salvia, ¡y que comience la gran limpieza energética de tu hogar!